Provocativa, controversial y siempre innovadora, Diana Vreeland fue una una figura elemental para forjar el mundo de la comunicación de moda. Además de pasar por Harper’s Bazaar y Vogue estuvo a cargo del Costume Institute del Metropolitan Museum of Art. Una inspiración para quienes trabajamos hoy en este rubro.
Mientras armaba este especial sobre Paris pude ver el documental acerca de su vida, «The Eye Has To Travel». Una de las primeras cosas que la icónica editora dice es que «uno debería arreglar para nacer en París», y reitera su amor por la ciudad al decir que lo mejor de Londres es justamente París. Para ella su educación fue el mundo, y poder viajar, dos experiencias que le valieron de marco para poder crear imágenes que transmitieran no sólo moda sino cultura.
Puedo relacionarme con su sentimiento, luego de haber caminado durante 15 días por las calles parisinas y encontrarme con las diferentes facetas de la ciudad: música, arte, moda, naturaleza, historia y una pizca de pasión por la ostentación de la realeza.
Es un poco también el mix que armó Karl Lagerfeld con su galería de arte como setting para el desfile de Chanel. Es ese aire francés que a cada cosa o persona que toca la transforma y la ayuda a revelar su verdadero ser. Le enseña a evolucionar.
Por eso el eje de esta revista, que va de principio a fin recorriendo la inspiración francesa en la agenda cultural, las producciones (¡y su backstage!), el desfile de diseñadores argentinos, la semana de la moda, un poco de coolhunting y los celebrities.
Los invito a recorrer juntos las páginas de esta edición.
À bientôt,
Betsy.-
* Artículo original publicado en la Revista Slm de Noviembre 2013
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