La resiliencia es la capacidad de una persona para adaptarse positivamente a una situación o momento adverso. Nos permite además de continuar con nuestra vida, crear algo nuevo a partir de una dificultad.
Un aspecto positivo es que esta capacidad no es innata ni exclusiva de una cierta personalidad, si no que con voluntad e implementando algunos recursos, la puede desarrollar cualquier persona. Digo con voluntad, porque cualquier trabajo que comencemos, a nivel psíquico, tiene que tener como primera característica la voluntad y la posición activa del sujeto respecto con su deseo de transformación, de lo contrario será muy difícil o casi imposible llegar al éxito terapéutico.
¿Qué 3 recursos podemos poner en práctica para ser personas resilientes?
- Comunicación: Comunicar como me siento, que me sucede, poner en palabras y no guardarse las emociones. Todas las emociones negadas, no desaparecen, sino que salen transcurrido un tiempo de manera más intensa.
- Detectar el origen del problema y trabajar para una buena gestión emocional: Es importante que no tendamos a echarnos la culpa de todo lo que nos sucede, sino de pensar las circunstancias, el contexto y como están nuestras emociones. Seguramente que tengamos que tomar responsabilidad por algún aspecto, pero no por todo, recordemos que influyen muchos factores. Otro punto es que registres que emociones te genera, visualices como eres tu vivenciando esas emociones y analices que recursos puedes poner en práctica para trabajarlas.
- Enfocarse en lo que SÍ es positivo: ¿Realmente todo es negativo? Estoy segura de que si haces una evaluación de la situación podrás encontrar más de un ítem positivo, en vez de enfocarte en lo negativo y en la queja, quédate con eso que sí está sucediendo.
Les comento brevemente mi experiencia en cuarentena. Como ustedes sabrán, soy Licenciada en Psicología y estoy viviendo en España, Madrid. Al principio de la cuarentena pasé por un estado de incertidumbre muy grande, el 1er encuentro con lo nuevo, con lo desconocido, me genero por momentos angustia, por momentos ansiedad, imagino que a muchos de ustedes les debe haber pasado lo mismo. Hasta que un día, me pregunté.
¿Qué puedo hacer para que esta situación adversa que estoy viviendo tenga algún aspecto positivo que me gratifique a mí misma y a otras personas? Y pensé, probé actividades, meditaciones, cursos (sí, probando es la única forma de encontrar alternativas, recuerden siempre que sentirnos bien es un esfuerzo, pero la recompensa es aún mayor, vale la pena) hasta que un día abrí con mucho amor un espacio de escucha y acompañamiento gratuito, que además de darle un sentido a lo que fue la cuarentena, me permitió expandir mi profesión por distintas partes del mundo y conocer nuevas historias.
Siempre que queremos, podemos, las circunstancias no son una determinación
