Las personas no sabemos por qué hacemos lo que hacemos. Creemos que sí. Damos explicaciones que vienen desde un racional filtrado por lo que creemos que debería ser la razón. Pero no lo es. Algo así explicó un profesor en el posgrado de marketing que estoy haciendo. Recuenta cómo uno va al supermercado y compra una marca por la razón que uno dice pero la realidad es que hay algo más allá, por detrás de todo, muy internamente que nos mueve a hacerlo.
En moda es siempre así. Nos gusta algo, una prenda, un color, una textura. Pero, no sabemos por qué. Simplemente nos gusta, nos provoca deseo y la compramos (o en su defecto tomamos prestada, o mismo volvemos a sacarla del placard para usarla). Y eso es lo maravilloso de la moda. No pide una razón. A diferencia de cualquier otro rubro, la moda nos permite ser nosotros mismos, elegir algo sin tener que buscarle una razón, sin justificarnos.
Tomamos ese vestido fucsia con flecos y lo usamos. Disfrutamos cuando le sacamos la etiqueta, cuando lo descolgamos de la percha, cuando la tela roza nuestro cuerpo y nos vemos al espejo. Cada paso es único.
Por suerte, la moda no te juzga. Lo hacen las personas cuando te ven con algo que no encaja en sus patrones de ideal. Pero la moda no. En algún momento, en algún lugar, a cierto diseñador se le ocurrió confeccionar esa prenda que llevas, que conectó con vos en lo más profundo y decidiste usarla.
Las personas que no pueden comprender ese sentimiento que transmite la moda, lee estas líneas y piensa que realmente estoy loca. Para el resto de ustedes, que sigue leyendo y comprende este impulso, este sentimiento, bienvenido a una nueva edición de la revista. Lleva muchísimo tiempo preparar cada uno de estos números por completo. Coordinar con equipos las producciones, las notas, las entrevistas, las imágenes, las ilustraciones. Cada paso lo sigo recorriendo porque sé que ustedes están del otro lado, leyendo estas líneas y transitando conmigo cada una de las páginas, inspirándose, conectando con la moda que nos mueve mucho más allá de las tendencias.
Siempre que escribo esta editorial la dejo para el final. Porque me gusta sentir el cansancio que me provocó generar este número, revisar cada página, escribir cada texto, y poder transmitirlo en una reflexión que englobe todo.
Espero que puedan disfrutarla tanto como yo, y sepan que soy su compañera de lectura en cada texto y cada página.
xoxo
Betsy.-
