Me acuerdo cuando vi el aviso de este perfume de Moschino y tuve sentimientos encontrados. Por un lado, pensé en lo arriesgado de su packaging, que me parecía muy divertido y que me llenaba de intriga respecto de la fragancia. Por otra parte, sentí un poco de miedo de confundirme a la mañana dormida y A) limpiar la casa con el perfume importado o B) perfumarme con un producto de limpieza.
Pero cuando tuve en mi mano el adorable frasquito y sentí la riquísima fragancia se me pasó el miedo. ¡Imposible confundirse! Huele muy bien. Es dulce y frutal pero sutil, y para aquellas temerosas de la estética viene en una tradicional caja blanca.
Creo que este tipo de fragancia va perfecto con la marca Moschino que es alegre y un poco revolucionaria, que no teme a ser diferente, que se arriesga y va más allá porque entiende que la moda (y la belleza) son parte de un mundo lúdico que invita a esto mismo.
El frasco fue diseñado por Jeremy Scott, y la fragancia fue creada por Alberto Morillas: tiene notas cítricas, florales, dulces, frutadas y frescas. Viene en presentación de 30, 50 y 100 ml
La duración es muy buena para ser Eau de Toilette, ya que en lo personal no suelen durarme mucho sobre mi piel. Me pasó que al final del día alguien me preguntara por el perfume y me sorprendí.
¿Qué les parece? ¿Lo usarían?