Desde los 17 años cuando terminé el colegio que quería mudarme sola. Me imaginaba en mi espacio, tomando mis propias decisiones, con mis pequeños objetos que mostraran quien era. Pero, ¿quien era?
Poder responder esa pregunta me llevo mucho tiempo, unos cuantos tropezones, algunos que otros golpes, bastantes aventuras y unas tantas ganas de encontrarme. Y aún así, siento que hoy me sigue siendo imposible definirme por completo. Algo que sí puedo decir con certeza es que amo este espacio en el que vivo, trabajo, estudio y me veo crecer como persona. Irse a vivir solo es también una gran parte del proceso de conocerse y es tan maravilloso.
En este espacio puedo tener los platos que me gustan, los muebles que me identifican, el (des)orden que se me antoje. Por eso, en esta seguidilla de posts que voy a ir publicando les voy a mostrar un poquito de las cosas que me acompañan. También voy a ir sumando consejos, ideas y propuestas, además de anécdotas con las que me encontré en el recorrido.
Muchos empiezan comprando el sommier, la heladera, la mesa o el sillón. Yo arranqué con manteles, individuales, tarros, latas y pavadas para la cocina. Agatha Ruiz de la Prada había lanzado una edición especial en Jumbo y me fui a comprar algunas cositas. Pero, una de las compras más linda que hice fueron unos tarritos fucsia en Falabella. Los compré junto a mi hermano menor que me dijo «son re Betsy».
Hoy los tengo en la mesada de mi cocina, con sobres de te, cafe de filtro que me regaló mi madre y sobres de edulcorante (porque no me gusta el azúcar). También en mi mesada hay una azucarera que tiene frutas secas para sumar en las comidas. Es de Acabajo y la muestro en detalle en este video.
Amo los animales. Desde siempre me fascinaron los elefantes. Algo de su tamaño, su memoria y su piel arrugadita me tuvo desde siempre encantada. De chica tenía un librito en francés que hablaba de la vida de los elefantes, y tenia unas hojas transparentes que te mostraban la parte de atrás. Todo esto sumado a Dumbo, una de mis pelis favoritas. Los búhos y las lechuzas me intrigan mucho. En la costa uno de los veranos encontramos un nido de lechuzas muy amigables que se dejaban fotografiar y se quedaban cuando te acercabas. Eso claramente aumentó mi amor. Imposible que faltaran en mi casa. Platitos para snacks, portarollo de cocina, botellas y frascos.
En estas botellas recicladas que tengo en mi heladera tengo leche descremada, jugo de mandarina, Terma de frambuesa y agua. En los frascos hay polenta y pan rayado. Todos son reciclados. Botellas de salsa de tomate y los frascos eran unos zapallos en almibar de mi papá. Mi mamá los pinto todos con motivos de la naturaleza y frases bellas.
Sobre mi mesa hay muchas cosas, ademas de la compu que siempre está ahi. Tengo un centro de mesa redondo con brillos que compre hace un tiempo en Falabella, y ahí arriba hay un florero gigante que era de mi abuela. Es hermoso y una de las pocas cosas que heredé de ella. Al lado hay una caramelera que compré en un bazaar en Av Sta Fe y Riobamba una tarde con una amiga hace mucho. Hay un cupcake donde tengo guardado edulcorante, que pinto Susy T. También el portarollo de Acabajo y una caja de te que me hizo mamá hace unos años. Claro, tambien unas plantitas. Una suculenta y un cactus que me dio mama en una maceta que ella pintó y una planta que me regaló una de mis vecinas en una macetita que ella misma hizo.
Estas son solo algunas de las cosas que hay en mi nueva casa, y la primera parte del tour. No se si habrán notado el nivel de manualidades de mi madre y lo que me encanta sumar cosas que ella crea en mi lugar. ¡Espero les hayan gustado!
