Fashion Weeks: el significado detrás de la extravagancia

Cabezas flotantes, clones de Jackie Kennedy en versión avatar, dragones, perros y arcoíris…las principales Fashion Week del mundo fueron anfitrionas en materia de innovación y rarezas.

London Fashion Week

El primer paso fue dado por Christopher Bailey, director creativo de Burberry. Después de 17 años en la maison y a modo de despedida, Bailey le hizo un agregado especial al característico escocés de la marca: los colores de la bandera LGBT. “The Rainbow Check”(https://www.instagram.com/p/BfGZdGjAYS4/?hl=es-la&taken-by=burberry )(nombre otorgado al estampado) simbolizó su contribución con las causas de tres organizaciones LGBT: Albert Kennedy Trust (https://www.akt.org.uk ), The Trevor Project (https://www.thetrevorproject.org/#sm.000hzds1113yfedkq6q1guzqtvbf8 ) y la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (http://ilga.org/es/es_home ) (ILGA).

“There has never been a more important time to say that in our diversity lies our strength, and our creativity”, (T. de la E. No ha habido nunca un tiempo más importante para decir que en nuestra diversidad está nuestra fortaleza y nuestra creatividad). declaró Bailey en la cuenta de Instagram de la marca. Con la mirada puesta en la inclusión, las telas no fueron lo único que generó conmoción. La elección de las modelos fue otro ingrediente significativo en el desfile de la colección. Adwoa Aboah, ganadora al premio Mejor Modelo del Año en The British Fashion Awards en 2017 y activista de la comunidad LGBT fue una de las elegidas para lucir los diseños de Bailey. Y aunque su presencia en el desfile tuvo una significación distinta dado su compromiso con la causa, no fue la más destacada. Cara Delevingne, desaparecida de las pasarelas desde el 2016, fue la encargada de cerrar el show con un atuendo más que espectacular: una capa de piel sintética con los colores del arcoíris.

Bailey despidió su puesto a lo grande y dejando mucho de qué hablar. Esta vez las declaraciones no necesitaron palabras para ser expresadas, solo un par de ojos para ser observadas. Los colores tiñeron mucho más que telas, y envolvieron los corazones de todos los presentes en un llamado a la solidaridad.

Aunque el desfile de Burberry tuvo un gran impacto, el principal centro de innovación en materia de moda fue Milan Fashion Week. Las pasarelas de Gucci, Dolce & Gabbana y Moschino fueron el foco de atención a nivel global.

Milan Fashion Week

El primer puesto a la creatividad y rareza se lo llevó la casa italiana Gucci, con las ideas de su director creativo Alessandro Michele. Inspirado en “El Manifiesto Cyborg”, un texto feminista de Donna Haraway, Michele convirtió la pasarela en una sala de operaciones con réplicas de cabezas y dragones bebés.

La fábrica romana Makinarium fue la encargada de llevar a cabo el proyecto. Durante seis meses las cabezas de algunos modelos fueron formadas, trabajadas y ensayadas a través de diferentes procesos y con variedad de materiales. Las pequeñas criaturas presentadas en la pasarela también fueron obra de la fábrica.

“Las cabezas son una representación de un momento de crecimiento y autoconocimiento de una persona, así como de ser consciente de la evolución de uno mismo”, explicó la firma. A pesar de la extravagante e impactante representación, el significado oculto detrás de ella resultó ser más profundo que un simple thriller.

Pero el desfile no constó solo de cabezas flotantes, también hubo animales que algunos modelos llevaron con la liviandad con la que se lleva un bolso. El más comentado fue un dragón bebé, que podría tranquilamente atribuirse a la fiebre por Game of Thrones. Sin embargo, este no fue el caso. Esta particular criatura fue inspirada en “The Legend of the Baby Dragon in a Jar” (La leyenda del dragón bebé en un  tarro), de Allistair Mitchell, un autor inglés que halló una cría de dragón conservada en un frasco en el garaje de su casa.

Aunque Gucci dejó mucho de qué hablar, no fue la única casa en presentar innovaciones. Dolce & Gabbana abrió su desfile mostrando los bolsos de la nueva colección. La particularidad fue que estos flotaron y se lucieron por los aires con la ayuda de drones, y no de modelos. Una verdadera danza tecnológica.

Jeremy Scott, director creativo de Moschino, no quedó fuera del círculo innovador al llevar el manejo del color a otra dimensión. Muchas de sus modelos lucieron bronceados hechos por soles de otra galaxia. Verde, rosa y amarillo fueron algunos de los colores que pintaron las pieles de las participantes del desfile. El azul también fue protagonista, remontándonos al gran éxito de Avatar o Los Pitufos.

Inspirado en la teoría de la existencia de alienígenas, reflejó cuál sería su apariencia desde su punto de vista. Lo curioso es el por qué las modelos iban vestidas como diversas versiones de Jackie Kennedy. “¿Era Jackie un alien? ¿Cómo podía ser tan estática y serena si era humana? ¿Cómo podría alguien pasar por semejante dolor y seguir siendo perfecto? ¿Era ella real?”, dijo Scott sobre su desfile.

Las pasarelas no solo marcaron las nuevas tendencias, sino que buscaron una nueva forma de pensamiento. Cargadas de significado como nunca antes, incentivan al mundo a abrirse a nuevas reflexiones e ideas. Porque la moda nos permite reflejar nuestra personalidad sin tener que hablar, y ahora es tarea personal decidir qué imagen queremos reflejar.

Magdalena Acevedo Diaz

Estudiante de Periodismo. Apasionada de las letras y la moda. Podés encontrarme leyendo un libro, en un desfile, o viendo Netflix. Y como cualquier millennial, con el celular en la mano, siempre y para todo.