La diseñadora argentina Susana Ortiz no es para nada ajena a la situación económica de nuestro país. Así como muchos diseñadores de alta costura tuvieron que volcar su amplia inspiración hacia el prêt-à-porter, ella también la incluyó en su gran desfile de BAAM – Argentina Fashion Week.
Es así que vimos, al comenzar su desfile, una seguidilla de looks bien urbanos, con un tinte juvenil y hasta semi rockero, que se vio en los detalles en cuero. Minis tableadas con sweaters tejidos entramados, trench y chaquetas doble botonera con gabardina color taupe con mangas de cuero y leggings con botas bajas de caña alta.
Los detalles se vieron tanto en mangas de tapaditos de invierno, como en los vestidos de noche que vinieron luego, y las estampas poblaron vestidos cortos y tapaditos de lana. Las capas fueron la antesala para los vestidos de noche que llegaron en dorado, bien al cuerpo y con chaquetas a contratono.
La elegancia estuvo en blusas traslúcidas en azul y pantalones entallados, y en polleras amplias de tiro alto, con bajofaldas de tul.
Los años ’50 tuvieron un pequeño espacio en un vestido de terciopelo azul estampado en negro, que se llevó con guantes cortos, a tono. Y la fiesta tomo vuelo con tajos y escotes bien profundos que dejaron suspirando a más de uno. Las mangas flamenco o con transparencias entramadas, los vestidos strapless de brillo y los largos estampados dieron un aire más joven a la colección.
El mono, infaltable este invierno, tuvo su versión en verde con un cinto dorado para cortar, y en colorado, con pechera de encaje. El color se repitió en versiones satinadas y se oscureció para un mini vestido strapless con corte a la cintura.
Vuelo de alto impacto, en vestidos cortos y largos con faldas de varias capas o bien amplias que generan movimiento al caminar.
El clásico cierre con la novia, que de frente parecía sencillo pero por detrás llevaba botones enfundados y una cintura que caía hacia la cola con flecos.
