El martes por la mañana en la Galería Promenade, Josephine arrancó la semana del BAFWeek con su presentación de verano. Con una base en blanco, pantalones holgados de tobillos ajustados, remerones tipo vestido y trajecitos total white se contrastaron con destellos de amarillo y azul. Todo en algodón, seda, cuero, encaje y gabardinas.
Para la tarde, Ciudad de Moda tuvo su día exclusivo para mostrar el diseño emergente. El primer desfile fue el de Andrea Urquizu con sus sastrería minimalista rocker donde la dupla blanco-negro fue protagonista en hombre y mujer. Las rayas abundaron en diseños que se despegan del cuerpo y levantan vuelo.
La onda neo deportiva urbana vino de la mano de Profeta Style, con diseños en metalizado y de aires futuristas, sobre cueros argentinos con trabajos de laminados, engomados y grabados bajo relieves, sintéticos, sedas naturales, organzas y lamés. Su inspiración: «la ironía entre el exceso del nuevo lujo y la obsolescencia programada y el despertar sexual de los niños,» según anticipan los diseñadores.
El prêt-à-couture de Marcelo Giacobbe se sigue llevando todos los aplausos. Blanco, crudo y rosado, con volados, que esta vez fueron en vestidos más cortos pero igual de impactantes. El diseñador incorporó el negro, en algunos vestidos más de noche y en un pantalón pitillo con top. Impecable.
Joan Martorello presentó su fusión rústica deportiva en piezas de sastrería con elementos deportivos, donde el naranja contrastó con el blanco y crudo. Lino y sedas rústicas hiladas, pantalones deportivos y prendas que dejen un mínimo de desperdicio buscaron dar una forma alternativa al cuerpo.
Descontracturados, los diseños de Belén Amigo jugaron con los cortes irregulares. Las siluetas lánguidas llevan diseños ajustados al cuerpo, en una paleta neutra con el toque de color verde.
Una primera jornada intensa en BAFWeek y con mucho diseño de autor, con resultados muy interesantes.
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