Parece que los arneses y los tiradores están de moda, y en el segundo día de New York Fashion Week también abundaron. Se vieron en el desfile de BCBG el jueves y replicaron el viernes por la mañana en Jason Wu.
El joven diseñador decidió dejar atrás sus volátiles géneros y su perfeccionismo por la femeneidad, para verse inmerso en un juego entre lo provocativo y lo rudo.
Las maravillas se vieron en un vestido de cuero con cutouts en la base, un minishort también de cuero combinado con una blusa con transparencias y hasta un vestido línea A.
Uno de los vestidos más femeninos tuvo la suerte de llevarlo la modelo argentina Tati Cotliar: un numerito rosado, con un mini peplum en los laterales, todo de brocado, por encima de la rodilla. ¿El corte? Un cinturón delgadísimo con tiradores de cuero.
La otra argentina en pasarela, Magda Laguinge, le tocó un vestido chemise azul con falda laser cut, uno de los más femeninos de la colección.
En esta nueva temporada, la lencería se vio al frente como tops independientes o bajo transparencias, resultado de la colaboración de Wu con La Perla, pero también en parte un reflejo de la inspiración de Wu en la obra de Helmut Newton, histórico fotógrafo que tuvo una muestra homenaje en el Grand Palais de París.
Una vez más, Wu rompe con el molde, como ya lo viene haciendo desde hace 10 temporadas, jugando con la seducción de los géneros delicados y la firmeza de los cueros, dejandonos con el interrogante de que quizás es esto mucho más la identidad de la mujer moderna, que el sinfin de delicadeza.
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