Sacarse de la cabeza la imagen de la joven y aniñada Emma Watson de Harry Potter es una tarea difícil. Verla en un film que hace de adolescente de 17 años que ya ha tenido un pasado tormentoso, completa la tarea en dos escenas.
*Atención. Esta nota contiene spoilers. Están avisados.
Charlie (Logan Lerman), es un chico de 15 años que vive con sus padres y su hermana mayor (Nina Dobrev), y que debe enfrentar su temor de comenzar el secundario, hacerse nuevos amigos y sobrellevar su timidez.
En la primera mitad de la película vamos viendo el tiempo a través de las cartas que le escribe a su amigo. Primero creemos que es un amigo invisible, a quien le recomendaron que le escribiera, como una especie de diario íntimo. Luego comprendemos que el mejor amigo de Charlie se había suicidado.
En su primer día de colegio secundario no se hace amigo de nadie, excepto del profesor de literatura, Mr Anderson (Paul Rudd), pero en un partido de football conoce a Patrick (Ezra Miller) y a Sam (Emma Watson), una chica que lleva su pelo en pixie cut, y que pasa la mayor parte de su tiempo con su hermanastro, un intrigante joven que se divierte haciendo burlas y viviendo la vida del modo más libre posible, en todos sus aspectos.
Bajo el repentino cuidado de estos dos chicos, Charlie crece a los golpes, entre su mundo literato (lee un libro nuevo por semana y escribe un essay sobre el mismo para su profesor de literatura, todo de modo extracurricular), sus deseos de ser escritor y sus nuevas experiencias en el plano de las drogas, el alcohol y la sexualidad, mientras lucha con sus blackouts y su pasado.
Nada es lo que parece en esta película de Stephen Chbosky, que juega con nuestras propias emociones al punto que llegamos a dudar de la verdadera existencia de estos personajes, y creemos que quizás entonces Charlie imaginó todo.
«You see things and you understand. You are a Wallflower.»
El film se estrenó en Argentina el año pasado bajo el título «Las Ventajas de Ser Invisible», si no lo viste podés hacerlo online en este link.
