El diseñador habla de su colección para Muaa! en el BAFWeek.
Treinta prendas y un espectro de colores que deslumbra al final del desfile. Luego, silencio. Las modelos bailan. Son los años ’60: viajamos en el tiempo.
Audrey Hepburn en «Funny Face», y Catherine Deneuve en «Los paraguas de Cherburgo» fueron los films que inspiraron a Pablo Ramírez al crear la colorida colección cápsula para Muaa!.
¿Como sentiste explotar en color?
(se ríe) Bueno, en realidad para mi tiene que ver con el público, ¿no? Es para adolescentes, que es justamente un momento explosivo, que uno juega, investiga y busca, quien quiere ser y cómo quiere vestirse. Entonces, me parecía interesante una propuesta donde haya opciones.
¿Cómo eras vos a esa edad? ¿Usabas color… o siempre de negro?
(se rie) Busqué el color pero siempre terminé de negro, la verdad que sí.
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En una entrevista reciente, Agatha Ruiz de la Prada vio en el iPad de Slm las fotos del desfile enseguida se dio cuenta que no era algo común en el diseñador que estaba vestido completamente de negro, parado entre un arcoiris de modelos. Pero Pablo Ramírez estaba más que cómodo. En el backstage, ultimaba detalles y él mismo guiaba a las modelos en las poses que tenían que hacer, cómo tenían que caminar y cómo sería el baile del final. Una fiesta, por que eso es lo que quería mostrar la marca adolescente.
El ojo en el detalle. Así es Pablo Ramírez. Atento, concentrado y minucioso. Para Carla Mazzola, diseñadora de Muaa!, trabajar con él «fue un aprendizaje, porque tiene una forma de laburo completamente diferente a la nuestra. Él hace colecciones más exclusivas y se trabaja de otra forma. Le pone más atención a cada detalle, es más exigente y hace cosas más artesanales. A nosotras nos saca de la rutina y lo masivo que es lo que hacemos en Muaa.» Luego del éxito de la colección inspirada en Kill Bill de Mariano Toledo, se animaron al color de Ramírez. «Lo que nos interesaba de Pablo era justamente su paleta, y queríamos que rompa un poco eso. Queríamos que ampliara la paleta,» cerró Carla.
Cuando las chicas te dijeron, ‘queremos color’… ¿sentiste temor?
(se ríe y luego se pone serio) No, para nada. Fue bastante natural. Me inspiré en dos películas, musicales, que eran Technicolor, y para mi el color ya estaba presente.
El target es totalmente diferente en esta propuesta…
Absolutamente. Yo no trabajo para adolescentes, así que fue un desafío.
¿Cómo trabajaste las molderías?
Fue un trabajo en conjunto. Esta es una marca que tiene una escala bien masiva y yo trabajo a medida. Así que tuvimos que compatibilizar los dos mundos. Ir adaptándose.
*Artículo original publicado en la Revista Slm de mayo 2013
