Cualquier turista argentino podría encontrarse confundido y completamente anonadado si por casualidad está sacandose fotos en la Basílica Sacré Coeur y cuando levanta la vista lo ve a Jorge Ibáñez de traje sacandose fotos con una novia. Lo mismo podría pasarle en el puente de Alexandre III, las Place Vendôme y las callecitas de Montmartre.
En cada paso de Ibáñez, argentinos, japoneses, franceses, ingleses e italianos dejan de retratar paisajes para sacarle a él. Todos preguntan, se sorprenden, se sonríen y piden sacarse una foto con el diseñador.
Lo mismo pasó a la salida del Lido, luego de ver un show. En la puerta las argentinas lo reconocieron al instante. «¡Jorge Ibáñez!», le gritaron y él no dudó en parar para la foto con las chicas. Así como tampoco dudo en pedir prestado un auto antiguo en una exposición del automóvil en una de las plazas más elegantes y top, o en comprar un crêpe vestido de gala, y hasta pintar sobre un cuadro en la Place du Tretre. A su lado, Elina Fernandez, la modelo que luce las creaciones de Ibáñez como una segunda piel.
Las fotos no paran. De los extranjeros y del team de Vidal Rivas que no se pierde detalle de cada movimiento del público, del backstage y la conquista de París por Jorge, sus diseños y Elina.
* Cobertura exclusiva de Seguilamoda.com desde París.