A fines de Junio, y tal como te adelantábamos en Segui la Moda, se llevó a cabo la Feria de Arte más importante de Latinoamérica.
Armamos un repaso con lo mejor de la feria, lo que esperamos reencontrar el próximo año… y lo que no.
Marta Minujín. Como siempre, la artista plástica nos sorprende con sus colores y creaciones diferentes. Desde venecitas sobre vidrio hasta el obelisto tridimencional en oro.
Una instalación de Marta Minujín.
Estructuras en madera. Animales sueltos con formas geométricas, y objetos que se vuelven obsoletos al ser ramificados.
Lo jóven, lo porno, el juego entre lo sádico y lo sexual, en el espacio de Appetite. Resulta fuerte para algunos que no se animaron a entrar. En su interior, la cruda realidad.
De fuentes y gusanos. Una estructura con agua que atrae a los visitantes con sus sonidos tropicales, y un enrollado de lana con forma de gusanito que busca recordarnos la importancia de la ecología.
El arte pop y la cultura kistch tienen su lugar reservado. Licuadoras llenas de colores le dan una nueva vuelta de tuerca al popart, y el gato insignia de lo kistch guillotinado.
Con pinches. Una torre de alfileres de colores y un collar realizado con agujas quirúrgicas.
De Argentina. Estructura de tambores pintados con píxeles, y que llevan inscripciones de la historia de nuestro país. El mapa de Arnet que se fue construyendo en vivo a lo largo de la feria.
No tradicional. Una cortina realizada con cinta de cassettes entretejida, y alfombras pintadas a mano convertidas en cuadros.
¿Lo cotidiano? Una torre de cajones de gaseosas se levanta para sostener una balanza bicolor que se refleja en la pared. Torre de libros de cristal, para quienes toman la literatura como decoraciones de bibliotecas.
Momento de Mundial. Mientras jugaba la selección, varios stands y espacios encendieron sus televisores para que los visitantes griten los goles.
Ternura. Tres pequeños ositos intentan rescatar al cuarto que se cayó del estante.
En Blanco. Todos trabajamos con una página en blanco. Estos artistas prefirieron dejar de lado el uso del color y convertirlo en pequeñas esculturas fantásticas. (Atención: Adentro del bolso espera una sorpresa).
Arte suspendido. A la hora de la merienda, sillas y juego de té colgados del techo.
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Fotos: Susy T.
