Ya te llegó la invite y desde que apareció en tu bandeja de entrada no hacés otra cosa que pensar en todo lo que te vas a divertir con tus compañeros en esa noche «sin parejas», hasta altas horas de la madrugada. Pero, antes de que empieces a desbarrancar, preparamos esta breve guía de cómo comportarte esa noche, para no lamentarlo al otro día.
Primero, e imprescindible es pensar qué te vas a poner. Pero claro, para eso necesitás saber a qué tipo de fiesta de toca ir este año. Si la empresa en la que trabajás es Pyme, probablemente la fiesta sea en un pequeño salón, más bien familiar, con poca gente, y con catering tipo cocktail. Pensá en calzado cómodo, no muy alto, que te permita caminar por el lugar. Seguramente haga mucho calor esa noche (¡diciembre no baja de 25 grados!), dejá los pantalones para la oficina y optá con un vestidito fresco, no muy escotado ni muy corto. Ahora si este año es la mega fiesta en uno de los salones más top del Hotel Alvear, el Park Hyatt, el Sheraton, el Faena o el Four Seasons, entonces aprovechá. Seguramente haya mesas para sentarse o sillones tipo chill out, elegí tacos altos, y mejor stilettos. Seguí con un vestido sin escotes, pero esta vez puede ser algo más arreglado. En ambos casos, el negro es un clásico y es lo más fácil, podés sumarle color, con accesorios divertidos, ya sean collares o aros, o muchas pulseras. No lleves tu maxi cartera, optá por un clutch a tono. Aprovechá y ponete algo con brillos, sin exagerar.
Siempre un tema delicado, el consumo de alcohol debe hacerse con precausción y mensura. No querés que el día después de la fiesta todos comenten cosas que vos no recordás. No más de una copa de champagne y un vaso de vino para acompañar la cena. Te vas a poder mantener en pie y bailar tranquila toda la noche sin caerte al piso, quedarte dormida en un sillón o hacer la ridícula bailando sobre la mesa. Sabemos que tu debilidad son las frutas secas, el mantecol, el turrón y las almendras bañadas en chocolate, y estuviste todo la semana tentándote con las vidrieras de las panaderías llenas de pan dulce. Como estabas a dieta dijiste, «no voy a comer hasta las fiestas«. Pero claro, cuando llegas a la fiesta y te contras con tantas opciones, ¿cómo vas a resistirte? Una solución práctica: compráte el que más te guste, ya sea turrón con maní o un petit pan dulce y todas las noches antes de la fiesta comés un pequeño pedacito. Cuando llegues a esa mesa de dulces no vas a querer comerlos todos. Y nadie podrá decir al día siguiente que te lo pasaste comiendo.
¿No seguiste ninguno de estos consejos? Llevaste un vestido corto y escotado, tomaste ya más de 3 copas de champagne, arrasaste con los turrones y ya estás un poquito mareada. Te lo pasaste bailando con todos y hasta te animaste a sacar a bailar a ese compañero de trabajo que tanto te gustaba. En este momento, la cámara de fotos es tu peor enemiga, y será el recuerdo a la posteridad que le podría llegar al jefe. La mejor opción es evadirla a toda cosa. Si no lo lograste, por lo menos asegurate que no te etiqueten en Facebook, ni las manden por mail.
