Unos de los mejores Sommelier entendidos a la hora de calificar un vino, perdió la nariz!!! Es ahí donde radica el dilema de la primera película argentina filmada en Mendoza para el mundo. De la mano de este gran Sommelier internacional español, que en una pseudo pérdida de olfato vuelve al terruño para integrar todos los aromas y gustos perdidos por su falta de entendimiento olfativo, a una carrera de sensaciones y experiencias organolépticas que había dejado atrás.
Charlie Arturaola, según el guión de la película, se ve inmerso en una suerte de pérdida de olfato y gusto, que significaría el final de su carrera. Según sugerencias de sus amigos, decide imperiosamente volver al Terroir para comprender su esencia. Es en este terroir, que está situado nada más y nada menos que Mendoza, en el que Charlie experimenta esta suerte de experiencia lúdica envuelta en carpa veraniega de marzo con calor, en donde no comprende cuando es que hay que servir el blanco y el tinto, puesto que lo primero es lo que impresiona a los otros y la problemática basada en su nariz, no puede ni comprender ni resolver.
Después de un sin número de vicisitudes y problemas a superar encuentra, de la mano y consejo de Donatode Santis, Michel Rolland y amigos, la esencia de la historia y sus inicios, y con ellos lleva a cabo su mas ambiciosa e hidalga empresa: Volver a Catar vinos.
Este film argentino ayuda a difundir, de manera divertida y a la vez seria, lo que es la Argentina vitivinícola, lo que es la Argentina productora dueña de terroirs increíbles y únicos que podemos disfrutar tan solo a la distancia del descorche de una botella de vino y emprender este viaje por los caminos de Mendoza y sus distintas expresiones al momento de disfrutar un buen vino argentino.
En estos momentos la película se encuentra expuesta en distintos concursos a nivel internacional con el fin de difundir y mostrar lo que el vino argentino significa hoy al mundo, una expresión distinta, con carácter y personalidad propia a la hora de hablar de varietales conocidos con nombre propio. Malbec, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Torrontes, Syrah y demás exponentes son cepas con las cuales nos presentamos humildemente y mostramos al mundo la personalidad del vino argentino.
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