Setting a fines de noviembre del año 1962. George Falcone (Colin Firth) es un profesor de Inglés en Los Ángeles y no soporta su vida luego de 8 meses de la muerte de Jim, quien fue su pareja por 16 años. Comienza el film con el día de George cuando ya ha decidido que se va a suicidar esa mista tarde, pero a lo largo del día se va encontrando con diferentes personajes que complementa su historia. Carlos, un inmigrante español recién llegado a LA, Charley, su mejor amiga inglesa, drama-queen que muere de amor por su mejor amigo, lo cual es una ironía puesto que nuestro protagonista es gay, y Kenny Potter, uno de sus alumnos que se muestra un poco curioso acerca de la vida de su profesor, más allá de las clases.
Con idas y vueltas entre un escenario de tensión sexual y de tristeza borderline suicidio, el genial Tom Ford (quien claramente ha diseñado todos los outfits de Firth a lo largo del film) nos lleva plano por plano a los años 60, desde un teléfono antiguo, hasta el auto que maneja el protagonista, pasando por su maniática obsesión por el orden y su alienación de parte de la familia de su pareja, quienes nunca pudieron aceptar la homosexualidad de su hijo.
Sus alumnos Doris (la blona Nicole Steinwedell) y Kenny Potter (el osado Nicholas Hoult) aparecen a lo largo del film no sólo como imágenes de relleno. Kenny es el típico teacher’s pet obsesionado con la vida privada de su profesor, y se aparece en un momento de la historia en la casa de George, para ser luego invitado a pasar.
La música también es un medio de transporte en esta oscura revelación del provocativo diseñador Tom Ford. George escucha sólo un disco en su casa y recuerda momentos vividos con Jim, luego baila lentos con su amiga Charley en el medio del living, en una cena que estaba programada con anticipación y que sirve de pequeña postergación al suicidio del protagonista.
Claro que George regresa a su casa, no sin antes parar en el camino y encontrarse con Kenny. Entre un momento de ternura, el final inesperado es una sorpresa para el espectador.
